viernes, 29 de abril de 2011

La Boda Irreal

Sí, irreal, no ha sido error de dedo. La boda de William y Kate, es efigie de los grandes problemas que vivimos a diario y que se maximizan con un evento que alrededor del mundo causa conmoción por el reconocimiento a seres totalmente ajenos a la realidad de todos nosotros, ¿Será?

La devoción de millones de telespectadores, las interminables filas alrededor de la Abadía de Westminster y la catatonia social en todo el Reino Unido, son paradigmas del porqué en la era postmoderna somos víctimas de la superficialidad, de la vanidad, del egocentrismo, de las reverencias cobardes, de la admiración fatua, morbosa, lacerante, del despilfarro y vituperio político, social y económico.


Si no le gustan los clichés, no me importa, lo reitero… Hay gente que muere de hambre o vive con grandes dificultades económicas a diario mientras que en el Vaticano beatifican con un dispendio irrevocable y en el Reino Unido una boda irreal trata de generar un nacionalismo sensacionalista manteniendo cánones de la Edad Media, elegancia coercitiva, una sátira y burla a todos sus habitantes cuando la “realeza” bien podría sumarse a un esfuerzo por detener bombardeos de la OTAN en Libia…

“Miren, he nacido en cuna de oro, no me comprometo con el país, ustedes me adoran y adorarán por siempre, ¿Por qué? Porque la Industria Cultural es demasiado para ti, para tu vecino y para todos... Tus ojos no pueden escapar y habrás de admirarme porque soy lo que deseas, poder, fama, dinero y elegancia, cuestiones por las que sumerges tu vida a diario y que difícilmente tendrás algún día" 


Lo arcaico de los protocolos de la boda recae en lo ridículo cuando problemas, esos sí reales, podrían encararse con el gasto de la boda. Tanta gente podría verse beneficiada, si sólo se cambiara un punto de vista sobre alabanzas absurdas, pretensiones superficiales, encasillamiento por lo estético y lo banal.
¿Dónde está la gente que vale por su capacidad, que importa por su talento, por su valentía por afrontar los problemas?  Esas personas que encaran la vida con solidaridad, con fuerza trascendental y con el coraje suficiente para vivir mejor no sólo por ellos o para ellos, sino con otros. 

Cuando veo la marcha nupcial de estos dos virtuosos desconocidos para mi persona y analizo que más de  2,000 millones de personas yacen expectantes ante cada gesto, joya, vestido y actitud de otros, veo que esto es reflejo de lo que vivimos a diario cuando criticamos lo que sea del otro, por lo general aspectos frívolos sin intentar confrontar el encuentro con la verdadera esencia del ser.

Qué si se vistió bien, que si actuó de la manera correcta, que si es demasiado joven o anciana, que si no de la realeza, que si los invitados son Billy Joel, Atkinson y los Beckham. Acomplejados diría yo, acomplejados, ciegos y sordos, ¿Qué podríamos criticar a los investigadores de los mass media cuando la mayoría de los receptores siguen siendo entes pasivos?  Sujetos llevados de la mano al infierno de una sociedad neoliberal, al consumo, la frivolidad y sobre todo al alejamiento de los valores de la humanidad, a la comprensión de la verdadera otredad.

Sí señores es una boda irreal porque es incomprensible que con tantos problemas sociales, viremos a observar y admirar lo fácil, a ver  ese mundo que hoy se viste de blanco en pantalla pero se tiñe de rojo en la atalaya.

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